jueves, 17 de enero de 2013

Los elementos también juegan



“Atraco en el Bernabéu”, “La misma historia de siempre”, “El Madrid presiona a los árbitros y les funciona”… Esta noche todos los palos para los árbitros del Real Madrid – Valencia. Han claramente impedido la victoria de los che y han regalado la victoria al club blanco.

O no ?

Se habla de tres fuera de juego, 2 penaltis y un gol con la mano. También se murmura que el Valencia faltó de puntería, pero se dice rápido para confundir al público y dejar claro quien tiene que ser el chivo expiatorio: Muñiz González.

Acaso es más fácil ver que Higuaín marca con la mano que meter el gol cantado que falló Jonas ?

La repetición no deja claro si el Argentino toca la pelota con la mano o si el defensa marca en puerta propia. Ni uno ni el otro han salido a la palestra a decir la verdad. Lo que sí está claro es que Jonas fue capaz de mandar fuera un balón que todo el mundo veía dentro. El árbitro falló, el jugador también. El único que se lapida en público es el hombre de negro.

Dos miembros del Valencia mostraron sensatez y sentido común. Valverde reconoció que se excedió en sus protestas y que uno se tiene que poner en la piel de los árbitros. Chocante neutralidad en un entorno revuelto y acusador. También Guardado demostró tener la cabeza sobre los hombros. Declaró que los árbitros siempre se equivocarán a favor y en contra, y si hay quejas cuando se siente perjudicado, luego cuando los errores arbitrales benefician uno encuentra en sus declaraciones anteriores un buen motivo para sonrojarse y aprender a callar.

El arbitro siempre estará. Es un elemento más, como el estado del césped y la lluvia. Acaso uno maldice al tiempo porque caen trombas y los jugadores se resbalan ? Uno lo acepta y se pone los tacos más adecuados. Y cuando se resbala, se levanta y sigue. Y quién al final dice que ha perdido por culpa de la lluvia ? Nadie. Con el cuerpo arbitral pasa lo mismo. Pita, a favor o en contra. Se tiene que aceptar. El juego tiene que estar por encima de las vicisitudes, y antes de culpar a alguien de la derrota uno se debe mirar en el espejo y comprobar que no podía hacer más de lo que hizo. Un equipo puede mejorar su juego, no mejorar el árbitro. Toca preocuparse por lo que se puede trabajar, no por lo que no se controla.

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